¿Alguna vez escuchaste hablar del
termino “cocina molecular”?, un nombre muy peculiar para una actividad ¿no
crees? Incluso puedes llegar a imaginar diferentes definiciones al escucharlo
pero seguro difícilmente logras aterrizar la idea que el concepto envuelve.
Se trata de cocina de composición,
gastronomía que introduce elementos químicos, como nitrógeno líquido, por
ejemplo, que gracias a su estructura molecular resultan ser compatibles con
algunos platillos.
Reconocidos chefs
en el mundo se han dedicado a generar nuevas recetas que involucran por
completo este tipo de preparación pues varios de ellos coinciden en que se
trata del modelo de cocina ideal que permite darle a la química mayor
participación en el arduo proceso de cocinar. En pocas palabras no se trata
únicamente de utilizar elementos químicos que logren reacciones en los
ingredientes; la cocina molecular significa también el estudio de éstos últimos
y las reacciones químicas que producen en ciertos alimentos.
Si bien dicha
preparación revolucionaria busca ser una cocina de autor, con novedosas formas
de expresión, a grandes rasgos llega a resultar
una disciplina que estudia las transformaciones de los alimentos en la
cocina a través de procedimientos ancestrales.
La elite mundial de
la gastronomía ha aceptado en su comunidad este método tan peculiar de
preparación que hoy en día se ha vuelto protagonista en los mejores
restaurantes del mundo, y en donde chefs de la talla de Pierre Gagnaire, Ferran
Adrià, Grant Achatz, Jeff Ramsey, Héctor Santiago y Thomas Keller, por
mencionar algunos, buscan innovar sus platillos a través de la cocina molecular.